viernes, 8 de octubre de 2010

Creí cuando dijeron...


Creí cuando dijeron que tenía que obedecer sin cuestionar, que si no lo hacía algo malo seguro iba a pasar...

Creí cuando dijeron que ser uno mismo no estaba permitido y para encajar uno tenía que aparentar ser alguien más...

Creí cuando dijeron que Dios nos veía desde allá arriba, contando tus pecados cometidos en la noche y en el día...

Creí cuando dijeron que no valía la pena arriesgar, que sólo la gente inmadura daba rienda suelta a su curiosidad...

Creí cuando dijeron que estar lleno de miedos significaba ser prudente, y ser astuto aprovecharse la bondad de los demás...

Creí cuando dijeron que había que vivir a la defensiva, en este mundo hostil abundaba gente malagradecida...

Creí cuando dijeron que tenía que tenía que vivir para agradar a los demás y que no importaba si a mi misma me censuraba cada día un poco más...

Creí cuando dijeron que no había que entregar el corazón, en cambio, debería iniciar una lucha de poderes que toda una vida tendría que durar...

Pero también creí cuando dijeron, ¡despierta de esa pesadilla! ¿aún no logras comprender que todo esto es una mentira?...

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