jueves, 28 de octubre de 2010

El propósito de un libro


Un día soleado apareció aquel viejo que al compás del viento estas palabras pronunció:

No entregues una obra valiosa a aquel que no sabe leer...

Deleitar sus sentidos no será capaz, las páginas podrá dar vuelta sin mostrar genuino interés, en un rincón de una habitación podrá abandonarla tal vez, sus hojas al no ser visitadas se llenarían de agonía, empolvando su portada día a día la tinta poco a poco su esperanza perdería, intacto el papel guardando mil tesoros que nadie podría jamás leer...

En cambio enseña la portada al que sus ojos veas brillar, mostrándo poco a poco los capítulos al que los pueda saborear, las historias que producirán noches de desvelo a aquel que en verdad una buena obra pudiera apreciar, el que diariamente se levante para descubrir una y mil palabras ya asentadas en un papel pero aún totalmente desconocidas para él...

No entregues una obra valiosa a aquel que no sabe leer... dará vuelta a las hojas sin saber porqué.... una y otra y otra vez...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¿¿¿Quién es el autor de esto??? me gustó mucho!!!

Diana dijo...

Pues yoooo Jaav, si te latió?? que buenoo =), en mis ratos libres me pongo a escribir...